martes, 22 de noviembre de 2011

LO QUE PODRIA HABER SIDO.


Recordábamos con Juan, el otro día sentados en el banquito de la vereda de la casa de sus padres, cuáles eran las cosas que en nuestra ciudad de origen sobresalen por sobre todas las otras ciudades del mundo. Cabe destacar dos cosas. La primera es que en Junín la mayoría de las casas tienen en sus veredas bancos de material sobre la pared de la calle donde los vecinos que no duermen la siesta salen a tomar fresco, y los que la duermen ocupan los banquitos en el segundo turno, después de las seis de la tarde. Esta particularidad de la ciudad ha llamado la atención a más de un visitante ilustre de fin de semana, incluidos aquellos que concurren a la Laguna de Gómez con el objetivo principal de pescar algunos pejerreyes. Lo segundo es que nosotros dos no conocemos ninguna ciudad de otro país, así que todas las afirmaciones caben sólo para Junín y la zona; más alguna localidad de la costa, Córdoba y Bariloche.
Sin ninguna duda, una de las cosas características es la belleza de las mujeres. De todos modos no vale la pena reparar en esto si no se las ve cara a cara, porque son varias las ciudades del mundo que se adjudican semejante condecoración. Otra de las cosas es la pasión por los clubes de la ciudad. Más allá del apoyo incondicional al club Sarmiento por estar ligado a la AFA y haberle otorgado a Junín el privilegio de haber jugado una temporada en primera A, es muy placentero ver como la gente se desvive por el clásico de la liga nacional de básquet que juegan Ciclista Juninense y Argentino. O la pasión que sienten los jugadores de Los Miuras por el rugby, o el incondicional amor de algunos por los clubes de la liga local, tal es mi caso por La Loba, entidad emotiva con muchos adeptos en el barrio El Picaflor. Sin embargo, también es real que los sentimientos deportivos cambian de ciudad en ciudad y cada una de estas entiende que en su territorio es exclusivamente especial. Los embutidos son algo particular. Nos hemos agarrado a trompadas con gente de Colonia Caroya y de Tandil en las playas de Villla Gessel por discutir quién tiene el mejor salame. También es cierto que el galardón de los mejores fiambres está acrecentado por la cercanía de Junín con Agustín Roca, localidad donde todos los años se realiza la fiesta regional del fiambre casero. Yo sigo pensando que no nos supera nadie, pero ha esta altura no le discuto el podido a otros que se lo adjudican, por entender en sentimiento local. Y así seguimos enumerando una cosa tras otra, que por localistas pensamos sólo nuestras, pero que se aprecian en muchos lugares. Hasta que encontramos una que nadie nos la puede sacar. Y es que científicamente comprobado Junín tiene la mayor cantidad de gente que ‘podría haber sido’. Uno se encuentra en un bar, y escucha que en la mesa de al lado comentan “Miralo a fulanito, que mina fea con la que anda. Pensar que tenía una pinta bárbara, si dicen hasta Ante Garmáz, cuando vino a ver Boca contra Sarmiento se sorprendió y lo quiso contratar como modelo. Que boludo que fue, si le hubiese hecho caso a Garmáz podría haber sido rico y hoy no andaría con esa gorda”. O tampoco faltan los comentarios de los viejos del club, cuando ven una pelea de la Hiena Barrios y recuerdan vanagloriando a algún peleador del barrio que se entrenaba como boxeador y que supuestamente “podría haber sido campeón argentino por lo menos”. El rubro este de ‘podría haber sido’, con Juan lo hemos sellado con el nombre de ‘Taqueta Barrionuevo’. Es común escuchar en Junín que Taqueta podría haber sido mejor que Maradona. Su época de jugador fue unos veinte años antes que la de Diego, y todos en Junín coinciden que, salvo pelusa, aún hoy no hay jugador superior a él. Dado lo fantástico de sus historias, nosotros otorgamos la presidencia de este estigma a Barrionuevo, sólo por la existencia de Maradona. Además de la casaca de Sarmiento, Taqueta vistió la de Tigre, la de Argentinos Juniors y la de Vélez Sarfiled, estas dos últimas en Primera A. También tuvo un paso por el fútbol Frances, jugando para el Nice. Hay cierta analogía en este ‘podría haber sido’ con Rosario y el Trinche Carlovich, exquisito jugador de Central Córdoba que, dicen los que lo vieron, supo bailar a la selección de Menotti en un amistoso en la cancha de Rosario Central. Tanto en uno como en otro, el juego pasaba por lo vistoso, por lo desfachatado, por lo sinverguenza, por la facilidad para dejar en ridículo al rival. También, lógico, por la poca predisposición para el entrenamiento. Aún así pensamos que más allá de llevar para nosotros el ejemplo mayor del ‘podría haber sido’ su figura trasciende este arbitrario rubro, porque en realidad estadísticamente fue un genio de verdad. Nos han contando que en un partido eludió a ocho jugadores del rival y cuando se enfrentó al arquero también lo gambeteó. Sólo, frente al arco, en vez de patear y meter el gol, dio vuelta atrás, volvió a gambetear al arquero, y después sí metió el gol. Barrionuevo, para todos los juninenses fue un astro del fútbol, por lo cuál no se entiende porque algunos todavía se empeñan en decir que ‘podría haber sido’. Precisamente con Juan coincidimos en que aún habiendo brillado más de veinte años antes, Taqueta también sufre el síndrome Maradona. Le pasa lo mismo que a Messi, con la diferencia de que a uno le sucede en presente y a otro en pasado. Diego Armando Maradona trasciende todo lo que hubo antes y después de él. Es más que todo. En la música, por ejemplo, por más que le adjudiquen a los Beatles miles de cosas, no hay un saber o parámetro común. No existe un ‘es bueno, pero no es como lo Beatles’. En la religión, tampoco nadie compara a un Papa con Dios. Nadie dice ‘Juan Pablo II fue bueno, pero no fue mejor que dios’. En el boxeo están los que dicen que Loche fue el mejor, otros que Monzón, y otros que Galíndez o Gatica. Pero Maradona es otra cosa. Maradona es parámetro para todo lo que tiene que ver con el fútbol. No se puede hablar de fútbol bajo ningún punto de vista, ni siquiera en una localidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, si no se compara todo con Maradona. El mundo del fútbol, la historia de este deporte, se cuenta épicamente con un vértice que es Diego Maradona. Y, lamentablemente, Taqueta, con todas sus historias y su talento a cuestas, tampoco es ajeno a eso. Aunque todavía tiene la oportunidad de quebrar la historia y no nos habíamos dado cuenta.
Ese mismo día que charlábamos con Juan sobre esto, a la tarde, en la mesa de un bar, escuché decir a un señor que a la selección de Italia le falta un jugador como Taqueta. Y que si tuvieran un jugador así, son campeones del mundo por segunda vez consecutiva. La verdad, ese tipo tiene razón, porque Maradona ya no juega más, dirige la selección argentina y dijo que se retiró. A mí nunca nadie me dijo que Taqueta se retiró y no esta dirigiendo en ningún lugar, y tampoco jugó en la selección argentina nunca. Por lo tanto, los italianos lo podrían haber llevado al mundial. Son unos boludos, no saben el jugador que se perdieron.